ella El mundo estaba lleno de injusticia, guerras y miedo. Los activos
olvidaban la contemplación; quienes contemplaban no sabían
actuar.
él Hoy ya no caemos en aquellos errores. Un ojo implacable nos
mira, y es nuestro propio ojo. El presente nos vigila; el porvenir1
nos conocerá, como nosotros a quienes nos precedieron.
ella Debemos, pues, continuar la tarea imposible: rescatar de la
noche, árbol por árbol y rama por rama, el bosque infinito de
nuestros hermanos. Es un esfuerzo interminable y melancólico:
nada sabemos ya, por ejemplo, del escritor aquél a quien estos
fantasmas2 han citado reiteradamente. Pero nuestro próximo
experimento no lo buscará; antes exploraremos la historia de
aquella mujer que, sin decir palabra, ha cruzado algunas veces
ante vosotros3.
él El Consejo promueve estos recuerdos para ayudarnos a afrontar
nuestros últimos enigmas.
ella El tiempo4... La pregunta...
él Si no os habéis sentido en algún instante verdaderos seres del
siglo veinte, pero observados y juzgados por una especie de
conciencia futura; si no os habéis sentido en algún otro momento
como seres de un futuro hecho ya presente que juzgan, con rigor
y piedad, a gentes muy antiguas y acaso iguales a vosotros, el
experimento ha fracasado.