De pronto1, un día
me levanté temprano
y te di una cascada.
De todo
lo que existe
sobre la tierra,
piedras,
edificios,
claveles2,
de todo
lo que vuela en el aire,
nubes,
pájaros,
de todo
lo que existe
bajo la tierra,
minerales,
muertos,
no hay
nada tan fugitivo,
nada que cante
como una cascada.