Es por ti que veo ríos
donde sólo hay asfalto.
Es por ti que hay océanos,
donde sólo había charcos.
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento,
que se escapa de madrugada,
para colarse por tu ventana.
Es por ti que no hay cadenas,
si sigo el ritmo de tus caderas.
Es por ti que rozo la locura,
cuando navego por tu cintura.
Es por ti, que soy un duende
cómplice del viento,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
para colarse por tu ventana.
Y decirte...
Tus labios son de seda,
tus dientes del color
de la luna llena.
Tu risa la sangre
que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos,
que siempre te cuentan.
�Oh, oh, oh, oh!
�Oh, oh, oh, oh!
Es por ti que veo ríos
donde sólo hay asfalto.
Es por ti que hay océanos,
donde sólo había charcos.
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
para colarse por tu ventana.
Y decirte...
Tus labios son de seda,
tus dientes del color
de la luna llena.
Tu risa la sangre
que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos,
que siempre te cuentan.
�Oh, oh, oh, oh!
�Oh, oh, oh, oh!
�Oh, oh, oh, oh!
�Oh, oh, oh, oh!
que siempre te cuentan.