Entre tus nubes y mis contraluces
fuiste cubriendo el cielo con las cruces,
que terminaron por tapar el Sol.
Tu voz sonaba tan arrepentida,
arrodillado como un niño en la orilla,
desenterrando un poco de tu amor.
Y ahora que te digo adiós,
y se abren mis alas,
me pides perdón.
Te quise como a nada más,
como al respirar.
Te quise como el fuego al viento
en una noche de San Juan.
Y ahora que me voy me das
la luna sobre el mar.
Ahora que no hay más destino
que el camino en soledad.
Ya queda poco por decir
y poco para recordar,
que llora el río cuando pasa
porque nunca volverás.
...
Las lágrimas que saben más amargas
son las que llevan dentro las palabras
que se quedaron en tu corazón.
La noche siempre trae algún consejo,
pero el silencio aviva los remordimientos.
Yo fui en tu vida un baile sin canción.
Y ahora que te digo adiós,
y se abren mis alas,
me pides perdón.
Te quise como a nada más,
como al respirar.
Te quise como el fuego al viento
en una noche de San Juan.
Y ahora que me voy me das
la luna sobre el mar.
Ahora que no hay más destino
que el camino en soledad.
Ya queda poco por decir
y poco para recordar,
que llora el río cuando pasa
porque nunca volverás.
...
Te quise como a nada más,
como al respirar.
Te quise como el fuego al viento
en una noche de San Juan.
Y ahora que me voy me das
la luna sobre el mar.
Ahora que no hay más destino
que el camino en soledad.
Ya queda poco por decir
y poco para recordar
Que llora el río cuando pasa
porque nunca volverás.
El primer día de mi vida sin ti,
cosí tu nombre al viento que se marcha.
Guardé un suspiro de después de partir.
Dejé una carta para mis fantasmas.
El primer día de mi vida sin ti.
Cubrí recuerdos con sábanas blancas.
Soplé en tu cara todo lo que sufrí.
Llegó la música hasta mi ventana.